LA COMPLICIDAD DEL SILENCIO de Luis Fares Yunis Herrera (Ornitorrinco Editores, 2010). Historia y reflexión de un policía peruano

Escribir con las únicas motivaciones de la confidencia y la denuncia social, resulta una tarea moral riesgosa pero liberadora. Ornitorrinco Editores acaba de editar La complicidad del silencio, libro de Luis Fares Yunis Herrera, un peruano que reside desde hace unos años en Los Ángeles (EEUU), y que, en su actual estancia, se ha dado un respiro para pergeñar su valioso testimonio como ciudadano peruano y policía en retiro.

En las 200 páginas de este libro, que va desde el candor de sus primeros recuerdos infantiles en Chiclayo hasta la dureza que representa el aprendizaje del ser peruano, Yunis Herrera narra principalmente su servicio en la Policía Nacional, institución donde dedicó más de 20 años a la investigación criminal, “experiencia que lo hizo vivir de cerca importantes episodios del manejo político nacional, y sufrir en carne propia la encrucijada de continuar obedeciendo o no disposiciones contrarias a la salud ciudadana o a su propia conciencia”.

Sin duda, se trata de un libro confrontacional y valiente que no teme levantar las costras de nuestra descomposición política, denunciando las contradicciones sociales y recordándonos las incertidumbres del peruano en su propio país. Yunis Herrera prestó servicio policial en la costa, sierra y selva del territorio peruano. Se dedicó a la investigación de delitos contra el patrimonio, secuestros y tráfico ilícito de drogas, desempeñándose también en el tenebroso Servicio de Inteligencia Nacional. En el año 2006 presentó su solicitud de retiro de la Policía Nacional del Perú para migrar a los Estados Unidos, toda vez que como Oficial del Estado peruano no deseaba prestar servicio al gobierno de Alan García.

De este modo, La complicidad del silencio, que ya está a la venta en las principales librerías de Lima, resulta un libro de actualidad y un importante instrumento para la reflexión, ya que constituye la palabra de un cristiano que nos envía un mensaje de alerta y nos anima a gritar, a pesar de todo, que el Perú aún puede salvarse de sus propias tragedias.