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jueves, 15 de diciembre de 2011

Gestación íntima de Estética de las revelaciones. A propósito del libro de Cromwell Castillo. Por César Boyd Brenis

Cinco Signos: Ernesto Facho, Harold Castillo, Cromwell Castillo, César Boyd y Ronald Calle, en Chiclayo.

La universidad la estudié por las mañanas. En ocasiones, luego de mis clases, me iba a casa de Cromwell para conversar de poesía, en donde su madre —caritativa con un estudiante hambriento— me ofrecía deliciosos almuerzos. Cierto día, él me compartió dos poemas en una hoja arrugada. Después de leerlos, dije una de las frases más parodiadas dentro de la intimidad del grupo Signos: ¡Es lo mejor que te he leído!

Cromwell me había dado a leer dos poemas del segmento “Agua”, y para mí, efectivamente, era la dicha entera poder apreciar lo que después serviría, en palabras del mismo autor, como base para forjar un poemario con los cuatro elementos de la naturaleza. Elementos que, dentro de la concepción presocrática del mundo, eran lo que constituía a todo lo existente: el agua, el aire, la tierra y el fuego.

Yo estaba presenciando el germen de “Estética de las revelaciones” en esos dos poemas que aprecié aquella tarde con una atrevida emoción. Y pasaron a ser después —ya completos los diez textos— catalogados por el poeta Jimmy Marroquín como el mejor poema-libro que había leído en su vida, dentro de la poesía del nuevo siglo.

Eran tiempos de incipiente juventud. Corría la mitad del año 2006 y planeábamos recién, con los demás compañeros Ronald Calle y José Abad, publicar lo que después sería “Signos”, nuestro primer poemario colectivo. Cromwell ya se había retirado de la carrera de Historia y Filosofía, pero eso no fue impedimento para planear un viaje, con todos los gastos pagados, a Cajamarca, donde se llevaría a cabo el congreso de educación en ese estupendo año de 2006.

La poesía no puede gestarse sin musas. Y fue justamente en Cajamarca en donde Cromwell logró hacer suspirar a innumerables mujeres con los versos de Agua o de otro poemario que también adquirió una parodia interesante dentro del grupo. Me refiero a Brevedad, cuyo título tomamos para relacionarlo, en pura broma, a su duración en los procesos amatorios.

Otro de los viajes que el recuerdo alcanza fue a Trujillo. Después del recital organizado por el Grupo Legión, conoceríamos a una amiga que lanzaría una frase memorable en pleno centro de la Ciudad de la Eterna Primavera: “ese gordito mueve bien la pluma”. Sentencia espectacular dentro del compartir íntimo, que ampliaría nuestro anecdotario y alegraría nuestras reuniones internas.

Sin embargo, en la cabeza de Cromwell se seguía formando la idea de ese libro total, y fueron sin duda los distintos viajes con el grupo lo que le iba alimentando el verbo, acompañados de las lecturas que hacía de nuestros amigos poetas contemporáneos, los cuales siempre se mostraron respetuosos de la poesía del autor de “Estéticas de las revelaciones”.

Como se puede apreciar, es difícil separar la constitución de un poemario de los avatares del grupo en donde el autor es parte. Las lecturas compartidas, los libros descubiertos, las conversaciones endiabladas, las críticas lacrimógenas, los autores gigantescos, las comparaciones inevitables, todo ello estuvo presente dentro de un funcionamiento colectivo que el grupo dio y sigue dando. Cromwell tiene la poesía que razona, que elabora conceptos, tal vez por ello es esperanzadora, porque los conceptos crean la realidad, y los nuevos mundos que trae el libro suavizan la dura gracia de vivir.

domingo, 16 de octubre de 2011

UNA COINCIDENCIA ENTRE LO SÓRDIDO Y LA BELLEZA (6). SIGNOS: La universalidad de la decepción y la esperanza. Por Roger García Clavo

[Vivimos en una época consumista, apisonada por el vivir de las ausencias en nuestra morada, hastiada por toda culpa de poder respirar mejor; donde la belleza se maquilla en los supermercados, concursos y salones artificiales llenos de plomo y envejecimiento prematuro. Esta época es nuestra y en ella hablar de la yerba es toda una injusticia; pero hablar de poesía es toda una infracción, una componenda a nuestros nervios desiguales en cada palabra. Esta infracción a la minúscula arca de la casa es la entereza de pocas personas que no se distancian del diálogo continuo con la realidad, que no se divorcian de la exigencia, de la denuncia al crimen en Medio Oriente, sobre todo en Libia por los propósitos de la OTAN, que nunca ha traído primaveras; el hambre en Haití, África y el Perú; quebrantamiento que nos embadurna los ojos en una calle de Santa Anita, Comas..., Lima, Trujillo, Chiclayo, Chachapoyas, etc.

Quiero con este paréntesis hacer una serie de pareceres a los libros de poesía que durante estos últimos meses han llegado a no dormir en mi mesa; sino a despertarme de la posibilidad de vivir, que es la poesía, una posibilidad tan urgente como el agua, el amor, la belleza; como todo acto de reclamo a esta forma de existir. Me “reafirmaré si mi convicción que lo válido y tangible y disfrutable en la poesía es el poema y que a él es a quien hay que prestar atención y reverencia” yo también revalido la importancia del poema como E. Adolfo Westphalen para digerir las experiencia y la realidad como una suma de estilos que nos hacen reflexionar sobre los modos de esta vida azarosa y expuesta a lo irremediable.

“La poesía no debe utilizarse para contar lo que a uno lo sucede. Yo prefiero pensar y dejar que esas vivencias se transformen en reflexiones, en palabras”, planteaba Blanca Valera idea que debe ser consignada en nuestra razón con “acento propio y valor original” como decía nuestro gran amauta César Vallejo.

Empezaré nombrando por partes a cada opinión de libro o conjunto de libros de acuerdo al tiempo que me fueron confiados.]


SIGNOS: La universalidad de la decepción y la esperanza

SIGNOS es un grupo consolidado, maduro de propuestas poéticas. Hacen que en el norte de nuestro país no se desoriente del legado de Vallejo a pesar de la ofensas de este sistema. El grupo no pierde el norte de las palabras y menos la iniciativa de hacer una buena poesía, plena de conocimiento y reflexión sobre la naturaleza, la vida, la muerte, la esperanza, la desesperanza, lo caótico y la nada; simbólicas que se ven en Signos (primer libro), poesía 2006–2007. Es un libro donde fluyen un conjunto de poemas hilvanados por el sentido común del desasosiego y el contradicho con la realidad. Existe aquel “veneno imprescindible” como diría Blanca Varela sobre la ciudad, donde lo caótico se filtra en todas las esferas del pueblo: estudiantes, obreros y pequeña burguesía en desconcierto.

En Absolución de la noche, José Antonio Abad Ascurra es la exención de lo oscuro, es un enfrentamiento a la muerte, una conversación de confronte con la sombra, donde se abre una puerta para desfigurar la pausa vivida entre la cautela del desencanto y la esperanza. Su poesía es una luz que nos desturbia de la oscuridad y nos rabia la partida que, al final de la mirada, es una espera oculta de los sueños entre las palabras perdidas, en nuestra mudanza de hombres en la arena.

El ojo que te espía esta noche
agazapado tras la puerta
es la muerte://
la devoradora de imágenes. (pg. 08)

Cada ciudad perece bajo su turbia historia. //
Terminamos oscuros, malolientes,
dispuestos a esperar. (pg. 11)


En Voces paralelas contra lo seco de Cromwell Pierre Castillo Cabrejos, es el lenguaje de la densidad, un símil ecuménico con el agua y la voz del poeta. Cromwell Castillo contempla al agua con fisonomía evasora de la irrealidad. Todo su contacto con lo cristalino surge como una lágrima a la superficie del tiempo y en esa raíz (agua–hombre) de lo inmemorial, surge la palabra como una repercusión o rumor de imágenes para enaltecer la duda y la verdad.

De Agua:
/su aspecto se hace universal desde mi boca. ( pg. 20).

Quizá
haya más certeza en su interior
que en mis palabras (pg. 27).

De Transfiguración o el sonido:
No solo lo cóncavo y lo sencillo determina lo perpetuo,
pero esta vez debo apoyarme en las palabras
-máscara concebida-
para descubrir qué otras voces recreadas discurren en mí. (pg.28)

Cabe la posibilidad de quitarnos las manos de encima,
cabe la posibilidad siquiera de envidriar nuestros ojos
por unos instantes, sin comprendernos. (pg. 31).


En Agonía compartida de Ronald Calle Córdova, el trance de la culpa brota con total humanidad sobre el bochorno de una ciudad que se embadurna con el caos y el sufrimiento. Ronald sobrelleva la congoja entre su piel y su pensamiento como una experiencia que se esparce en el significado de cada poema.

El orbe está sudando su estío en mi frente
y su hijo sufre aquí en mi espacio,
le han clavado una daga en su costado:
Duéleme. (pg.26)

¿Ves cómo se edifica el polvo?
las gotas caen y a ella vuelven,
vuelven siempre unidos: el hombre,
su sed y su lluvia. (pg. 37)


En Heterónimos frente al espejo de César Augusto Boyd Brenis; por lo visto, tiene la coexistencia de las palabras para elaborar un transcurso reflexivo en cada poema. El manejo de la interacción del verso y la prosa tiene un brío que se aleja de una postal para sugerir todo deseo que desvanece muchas veces en la nada; una especie de afirmación–negación de la poesía que es sonido, que es palabra y que vuelve a ser vacío nuevamente entre sus sílabas.

/La luz en las alturas absorbe a cada noctámbulo
como una esperanza, / (pg. 50).

/-y en la poesía solo hay luz para mentes alejadas de la Tierra, aparte de eso, sólo hay nada: el dolor en la nada es transparente. La nada es menos común que la realidad, es más firme que el mito y las mentiras, …/ (pg. 56).

martes, 4 de octubre de 2011

UNA COINCIDENCIA ENTRE LO SÓRDIDO Y LA BELLEZA (7). DEMOLICIÓN DE LOS REINOS. Por Roger García Clavo. Acerca del Grupo Literario Signos

[Vivimos en una época consumista, apisonada por el vivir de las ausencias en nuestra morada, hastiada por toda culpa de poder respirar mejor; donde la belleza se maquilla en los supermercados, concursos y salones artificiales llenos de plomo y envejecimiento prematuro. Esta época es nuestra y en ella hablar de la yerba es toda una injusticia; pero hablar de poesía es toda una infracción, una componenda a nuestros nervios desiguales en cada palabra. Esta infracción a la minúscula arca de la casa es la entereza de pocas personas que no se distancian del diálogo continuo con la realidad, que no se divorcian de la exigencia, de la denuncia al crimen en Medio Oriente, sobre todo en Libia por los propósitos de la OTAN, que nunca ha traído primaveras; el hambre en Haití, África y el Perú; quebrantamiento que nos embadurna los ojos en una calle de Santa Anita, Comas..., Lima, Trujillo, Chiclayo, Chachapoyas, etc.

Quiero con este paréntesis hacer una serie de pareceres a los libros de poesía que durante estos últimos meses han llegado a no dormir en mi mesa; sino a despertarme de la posibilidad de vivir, que es la poesía, una posibilidad tan urgente como el agua, el amor, la belleza; como todo acto de reclamo a esta forma de existir. Me “reafirmaré si mi convicción que lo válido y tangible y disfrutable en la poesía es el poema y que a él es a quien hay que prestar atención y reverencia” yo también revalido la importancia del poema como E. Adolfo Westphalen para digerir las experiencia y la realidad como una suma de estilos que nos hacen reflexionar sobre los modos de esta vida azarosa y expuesta a lo irremediable.

“La poesía no debe utilizarse para contar lo que a uno lo sucede. Yo prefiero pensar y dejar que esas vivencias se transformen en reflexiones, en palabras”, planteaba Blanca Valera idea que debe ser consignada en nuestra razón con “acento propio y valor original” como decía nuestro gran amauta César Vallejo.

Empezaré nombrando por partes a cada opinión de libro o conjunto de libros de acuerdo al tiempo que me fueron confiados.]


En Demolición de los reinos (segundo libro); Grupo Literario Signos; poesía 2008–2009; Sol Negro Editores, 2010; existe una reafirmación como diría T. Eliot “que los buenos poetas hacen algo mejor, o al menos algo diferente”. Quizá aquella definición sea una exactitud para los integrantes de Signos y que, seguramente, irá afianzándose con sus disgustos y esperanzas. En este libro la consonancia de la huida, del hastío y con la disímil realidad, se afinan con la confrontación con Dios que se suspende de un péndulo para endosar el dolor del hombre, con el desorden, sigilo que según ellos mismos “debe ser revelado a quienes no pueden percibirlo”.

Signos demuestra la capacidad para desgobernar a la palabra bonita, de aquella que intuye entre la dignidad y la contradicción, para hacer de la poesía un imperioso mundo del caos, del desorden, de la mentira y la verdad. Este libro es como un aviso para tener cuidado en el borde de un abismo. Es una poesía donde se testimonia ideas.

Impresiones que engrandecen las imágenes como insulsos o listos dependientes, que van creciendo en el vientre de arena de una bestia; ciudad irremediable de la individualidad y la huida. La esperanza se demuele en todo cuerpo, en todo espíritu vacío por el sol que cada vez brilla menos sobre nuestras máscaras vacantes de fe en el hombre. La idea de la intercesión como un plan de protección se desvanece porque la situación del hombre en su historia moderna se opaca con lo insostenible. Las palabras son un cuerpo pródigo de la razón; los poemas muelen la imagen para convertirla en sangre silábica y verbal de un reino destruido en la búsqueda de su perfección casi religiosa, que ha despertado siempre con el loco sentido de nuestro llanto.

La idea de Dios es una complicidad con la duda, con lo ajeno y con el sufrimiento del hombre más común desde su nacimiento. Dios es una idea que conspira con el frío de los huesos o es una oscuridad entre las cruces de un cementerio que se apolilla en todo el dolor enlutecido de nuestras lenguas que gustan de toda pesadilla, de esta vida. Dios también es la justificación de la muerte o la maldición del hombre de su propio genocidio; como si lo encantara lo ahumado antes que la germinación de las semillas.

La falta de compañerismo es propia de esta sociedad moderna que, magramente, va pateando los espíritus de golosinas al tajo de las esperanzas, al averno de la misma muerte porque el argumento irremediable, inamovible, decepcionante que existe bajo y sobre nuestra piel de contemplación y carnaval. Todo ello manifiesta la poesía de Signos.

José Abad, en Los últimos días de Caín, por ejemplo transmite un visionario mensaje, persistente con el ruido de la ciudad que va creciendo como una danza lúgubre de la noche; donde la persona es un tallo degradándose con su propia voz, nada perenne, en este reino dominado por la sombra y el recuerdo. Cromwell Castillo, en ¿Dónde acaso es camino?, además de todas las contemplaciones anteriores, me hace percibir que dice sus poemas como Facundo Cabral, como plegarias o sentencias de una guitarra que va trastocando cada palabra en nuestra garganta. Ronald Calle Córdova, en Abandono del Hastío, simplifica la realidad amorosa, más allá de la huida de esta realidad; pero manifestando todas las influencias infames de este sistema que naufragan en el hombre; en su trabajo y su prisa por la esperanza. César Boyd Brenis, en Persistencia del alarido, se acentúa el poema como una hechura del ¿qué es poesía? o de las palabras, que van acomodándose en una idea, en la intuición de la existencia. Es una respiración profunda que vulnera la creación y la muerte.

Signos es el proceso de lectura ingeniosa de nuestra realidad que con su fenómeno poético van condensando la poesía como una comunicación sensible del pensamiento para serenarnos en la partida o salida de la duda, mentira o verdad que han tomado forma y existencia en los poemas.

viernes, 23 de septiembre de 2011

I Festival Regional del Libro Lambayecano ALFREDO JOSÉ DELGADO BRAVO, organizado por Conglomerado Cultural y el Grupo Literario SIGNOS

PROPUESTA DE CONSENSO: 03 de octubre como día del poeta lambayecano

Conglomerado Cultural y el Grupo Literario SIGNOS, organizaciones culturales que promueven la literatura en la región Lambayeque, aprovechan la oportunidad para informarle que el próximo 03 de octubre se cumplen tres años del deceso de nuestro vate mayor lambayecano Alfredo José Delgado Bravo.

En ese contexto, y por iniciativa de los propios poetas y cultores de la literatura en Lambayeque, hemos creído meritorio institucionalizar el 03 de octubre como DÍA DEL POETA LAMBAYECANO, en honor a este ilustre poeta cosmonsefuano.

Por tal motivo ese día se realizará el I FESTIVAL REGIONAL DEL LIBRO LAMBAYECANO denominado: “ALFREDO JOSÉ DELGADO BRAVO”, desde las 10:00 a.m. hasta las 10:00 p.m. en la plazuela Elías Aguirre de la ciudad de Chiclayo, evento singular donde se hará exhibición y venta de textos producidos en la región Lambayeque en los últimos 100 años.

Se extiende la invitación a todos los creadores, artistas e intelectuales para participar con la puesta en mesa de sus libros, revistas, plaquetas, dípticos, etc.

Del mismo modo, el festival estará nutrido de actos culturales como: Concurso de poesía interescolar, Concurso de poesía mural, Concurso de cuentacuentos, Concurso “gana libros por saber vida y obra de autores de tu región”, Concurso de declamación, Recital y alocución a la fecha.

Acudimos por ello a todos ustedes para ser parte activa con su producción literaria y presencia en tan magno evento que engrandecerá y unirá a la comunidad de lectores, alumnos, docentes, ciudadanos y estrechará los lazos de amistad y camaradería entre los creadores.

Literariamente,

Conglomerado Cultural
Grupo Literario SIGNOS

lunes, 12 de septiembre de 2011

Cromwell Castillo vuelve al Grupo Literario Signos. Palabras de bienvenida aparecidas en el blog del grupo

Solo me queda agradecer por la generosa invitación y las palabras de bienvenida… y decir que estoy complacido de continuar trabajando junto a ustedes, amigos y compañeros, para fortalecer aún más nuestra vida en la Literatura. Un abrazo fraterno desde esta su otra casa: Gambito de Rey.


En una fecha cercana a nuestro primer aniversario de relanzamiento como colectivo literario de acción (con nuevos integrantes), un acontecimiento especial y valioso ocurre en el ámbito más emotivo de SIGNOS.

Tras un alejamiento prolongado de un año y tres meses, el poeta y amigo Cromwell Castillo se reincorpora a nuestras filas. Su regreso hace posible que los cuatro miembros fundadores, vuelvan a estar unidos en esta nueva etapa que le ha tocado vivir al grupo. Dicho tiempo, en verdad, nos ha servido a todos (antiguos y nuevos miembros) como un período de aprendizaje y maduración en una escala más intensa, como personas y como artistas e intelectuales.

Todos los miembros, nacionales y extranjeros, nos complacemos en recibirlo como se lo merece: con una dosis de orgullo y alegría. Su poesía posee una cuota de fortaleza y caos que colabora con el perfil perfecto para observarlo siempre como integrante de SIGNOS.

Se podría considerar que Cromwell, en realidad, aun alejado formalmente, nunca dejó de pertenecer a la misma idea, a la misma fuerza emergida desde los ímpetus más contundentes de una sola generación literaria, de los mismos sueños y metas. Todo como un proceso natural, que no se fuerza; sacando adelante una noción de índole colectiva. Una identidad.

Y eso es muy importante. Habla de la huella imborrable que se deja cuando uno es parte de algo no sólo en materia sino también en espíritu. Una trascendencia que ahora se ve complementada con nuevos valores que rebasan las fronteras del Perú.

La ideología es siempre vital, pues nos señala un norte y define lo que somos y lo que queremos alcanzar. Desde ese punto de vista, lo principal es lograr que todo, o gran parte de lo que se crea y publica, sobreviva en el tiempo y le sirva a enésimas generaciones para su propia formación humana. El arte en tan antiguo. El hombre crea el arte para perpetuar sus ideas y sentimientos.

De tal modo, nuestro compañero Cromwell Castillo nos anuncia la próxima publicación de un libro que todos esperamos con las mismas expectativas de siempre. Ahora es el momento para que esta colectividad lo celebre y felicite.

Aquí estamos otra vez, juntos y hermanados en SIGNOS… Siempre hacia el mismo NORTE.


Grupo Literario SIGNOS.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Demolición de los reinos (Grupo Literario Signos – Lambayeque), por Raúl Heraud. Libro de José Abad, Cromwell Castillo, César Boyd y Ronald Calle

Demolición de los reinos del grupo literario signos de la región Lambayeque (Sol negro, 2011), hace su aparición en esta gélida Lima gracias a uno de sus integrantes (César Boyd Brenis) para seguir diciéndonos que la buena poesía no solo es exclusividad y privilegio de la capital, sino, por el contrario, se da a conocer con más frecuencia fuera de sus límites; en esta segunda entrega encontramos a los poetas con mucha más madurez, y más irreverentes que de costumbre; a continuación una breve aproximación a su poesía:


Los últimos días de Caín de José Abad Ascurra (Jaén – Cajamarca – 1979), transitan los linderos del malditismo, el poeta vive al límite dentro de una ciudad caótica, huyendo de sí mismo; un halito Paneriano rondan los textos que devanean entre la renuncia al ser y el deleite nihilista, la belleza dentro de estas páginas se encuentra en el abismo, en la declarada confrontación filosófica entre el hombre y dios, en el abandonarse en este cementerio pos moderno hasta despertar y saberse vivo dentro de una tumba sin nombre.

9
Miro en el espejo mi rostro envejecido por la lengua
áspera del tiempo. Mis ojos gastados, mis pupilas
opacas donde danza la sombra. Miro mi frente
surcada de recuerdos inclementes, mi cabello
encanecido, mi cuerpo inútil y arrugado, mis costillas
sedientas de tierra y de cemento. Miro mis manos
torpes, mis uñas carcomidas, roídas hasta sangrar en
noches blancas. Miro mis piernas que apenas me sostienen,
Y mi ombligo exangüe donde habita la
lujuria. Miro estas paredes donde envejecen arañas
que tejen las memorias de los muertos que no
vuelven. Miro con pavor, con ternura, a este hombre
que no sabe que mira con ternura, sus últimos días de
Caín, su último vuelo de insecto, de pequeño mortal
Inmortalizado por el hallazgo fatal de vivir, por la
burla de Dios que me mira con desprecio, y que no
sabe que también lo odio y lo desprecio con la
compasión del hombre que se va, mientras el Dios, el
siempre Dios, se queda solo en esta tierra de muertos.


¿Donde acaso es camino? de Cromwell Castillo Cabrejos (Motupe – Lambayeque – 1981), nos sugiere que la vida es un devenir constante y la poesía un veneno mortal, insalvable trampa de la que jamás se podrá liberar quien la escribe, el poeta cede ante la tentación irresistible del cuerpo, la inmortalidad para él tiene rostro de mujer pero también lo tienen la desesperación y la desesperanza, los poemas son vistos aquí desde la otra orilla, (a lo Juan Ojeda) desde el otro yo trastornado con la contemplación de quien ve que nada tiene, de quien sabe que lo ha perdido casi todo.

Pre – texto nuevo
Antes de que el gallo hubiera cantado
Tres veces, Pedro ya lo había matado.
Su conciencia limpia ayudó a Judas a
no colgarse. Jesús no fue crucificado;
aun juega a los dados con los
hombres que alguna vez decidieron
dejar de pecar.

Imagino lo soberbio que debe haber
sido escribir un testamento nuevo.


Abandono del hastío de Ronald Calle Córdova (San Ignacio – Cajamarca – 1982), construye su universo poético alrededor de paradigmas humanos como el amor, visto de manera enfermiza, dios, como simple creación cultural, la locura como salvación, como un arte al que no hay que renunciar jamás, la poesía se vuelve dentro de estas páginas para Ronald en la contemplación del absurdo, la vida en la acumulación de fracasos arrojados a la piel, pergeñados desde los ojos incendiados del poeta.

VII
Dios, al no encontrar el Edén,
al poeta dijo:
no sé lo que he creado.
Luego,
lloró con él.


VIII
Dios es un ser extraordinario.
Siendo creado por el hombre,
Se proclamó mi creador.


Persistencia del alarido de César Boyd Brenis (Ferreñafe – Lambayeque – 1981), hurga en el poema como buscándose a sí mismo, buscando el significado de la condición humana, la belleza es para él observar como el mundo sucumbe en una tarde cualquiera, los poemas son puertas abiertas por donde se deslizan toda clase de emociones, de miedos, de deseos, por ellos transitan la madre, Narciso, los sueños, el psicoanálisis freudiano; los textos aparecen como una moderna terapéutica de la vida cotidiana.

Mito diluido
En la otra orilla del rio está la verdad,
Narciso,
y te quedaste a la mitad de ti.
Tu idolatría estuvo en el agua
como una discreta inquisición: ahí
no había verdad y sólo tú te admirabas
en tus trampas del ser,
Para que tus ojos soportaran tanta realidad,
tanto pedazo de agua
convertido en ti.

sábado, 30 de abril de 2011

Entrevista a Cromwell Castillo para LOCHEROS.COM, NOTICIAS Y PERSONAJES DE LAMBAYEQUE. Por el periodista Gerardo Carrillo

Cromwell Castillo es de Motupe. Se dedica a la literatura, a las artes plásticas y al diseño gráfico. Es ex miembro fundador del Grupo Literario Signos y actual representante de El espacio del arte: Galería de arte contemporáneo, en Lambayeque. Ha obtenido algunos premios literarios y publicado los libros Agua y Transfiguración o el sonido en Signos (Tiro de Gracia Editores - Chiclayo, 2007), ¿Dónde acaso es camino? en Demolición de los reinos (Sol Negro Editores - Lima, 2010) y la plaqueta Fuego (Cinosargo Ediciones - Chile, 2010). Forma parte de la Colección de Nueva Poesía Peruana "Cuervo Iluminado" (Pájaros en los cables editores - Lima, 2010). Trabajos suyos han sido publicados en revistas físicas y virtuales de Perú, Venezuela, Chile, Argentina, Colombia, México, Brasil, Estados Unidos, España y Francia.

¿Qué es la Poesía?
Creo mucho en las interrogantes por eso debo suponer que la que me formulas es una pregunta maldita. Poesía no deja de ser una deliciosa abstracción (como Arte, por ejemplo) aún cuando se piensa en los productos estéticos y sus inevitables procesos de conmoción y cambio. Es energía, vastedad pero también insignificancia y desquicio. A tu pregunta, es mejor que Poesía se transfigure ahora en un profundo silencio…

¿Quién es un poeta?
Es alguien que camina sobre brasas, descalzo, para sentir un fuego que no se conoce o se niegue conocer por ironía o cinismo. Necesario es también que esta pregunta golpee respuestas (y viceversa) que contengan y propicien un carácter reduccionista. El encanto de la cifra de poemas en la vida no determina nada. Pasa lo mismo con los recitales y los libros. Es mejor restablecer el gozo con las muertes diarias desde alguna profusa habitación hasta cualquier calle agitada del Perú.

¿Quién eres tú?
Un proceso y una revolución, como todo Hombre.

¿En qué momento del día prefieres escribir?
Definitivamente, la madrugada es un lugar hermoso donde todos deberíamos recostar la cabeza para darle sentido al sueño y a las ideas. Es mejor sangrar ahí.

¿Cómo describirías a tu poesía?
He escuchado decir “Metapoesía”, “Poesía existencialista” entre otras denominaciones que, seguramente, se conducen sobre algún carril teórico válido y conveniente. Lo asumo del mismo modo que la crítica literaria: con profunda sospecha. Pienso, además, que Poesía no es el resultado del “escribir bien” o “escribir mal”, todo parte de una persecución penetrante y lúcida. Más que técnicas, simbologías, imágenes y/o artificios de índole lúdico-vanguardista, yo sólo persigo el Arte. Por venganza hacia mí mismo espero encontrar Nada al final del camino. Creo en el destino de la Humanidad.

¿Qué es lo que más sueles observar?
Considero que soy un hombre de fe y creo en mi posesión sobre dos fuentes: Una imagen con dos Estrellas resplandecientes en el centro que son mi fijación y la mejor muestra de la trascendencia de la naturaleza y la vida; y la mirada de Natalí, tan profunda y universal como una ráfaga de sol.

Observar es una condena entrañable. Natalí explica con suficiencia el esquema de esa condena, Ella es lo que contengo y se queda como las letras de un libro donde persiste una suerte de tinta indeleble.

¿En qué piensas constantemente?
En todas mis extrañas convicciones. Siempre debemos estar dispuestos a re(b-v)elarnos.

¿A qué le temes? ¿Le temes a la muerte?
El origen del Hombre es el temor. La existencia nos enseña mecanismos de autoengaño eficaces.

¿Crees en Dios o en alguna fuerza superior creadora?
Dios existe pero es mejor que no se deje ver.

¿Crees en la resurrección, la reencarnación o en cualquier otra forma de continuar tu existencia después de esta vida?
Aún repitiéndonos seguiríamos siendo insuficientes. Merecemos el túnel, no la luz.

¿Quiénes son tus influencias?
Esta es realmente una pregunta compleja, a pesar de que siempre suela tomársela sin rigor y se citen, sin reparo, la seguidilla de autores notables que se acostumbra. Lo cierto es que hasta los autores que uno consideraría “no elevados”, “no buenos” o rotundamente “malos” influencian benéficamente. Todos los que nos dedicamos a la noble tarea de escribir vivimos influenciándonos absolutamente de todo. El entorno, la otredad, el estiaje temporal de emociones… las peores desproporciones del ser constituyen una gran influencia.

¿Quiénes son tus escritores y filósofos favoritos?
Sartre, Nietzsche, Marx, Proudhon, Bakunin. La Filosofía siempre nos entrega ideologías dominantes. Yo digo: Cree en todas y encuentra en la contradicción un lugar feliz donde hacer más convulsa la vida.

¿Y a quiénes prefieres en música, cine, pintura u otra arte?


En música: Queen, Oasis, Keane, Guns N’ Roses, R.E.M, Radiohead, Dishwalla, Soda stereo, Andrés Calamaro, Los abuelos de la nada, Héroes del silencio. Los clásicos como Wagner, Beethoveen, Chopin, Liszt, Mendelssohn. En ópera a Alfredo Kraus, Pavarotti, Caruso.

En cine me gustaron La lista de Schindler, El lado oscuro del corazón, Casablanca, El silencio de los inocentes, El pianista, La vida es bella, Sexto sentido, La última tentación de Cristo, Anticristo.

En pintura me deleito con El Bosco, El Greco, Klimt, Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel (su trabajo en escultura también es imponente), Van Gogh, Goya, Rembrandt, Dalí y Kandinsky.
A los peruanos: Fernando de Szyszlo, José Sabogal, Gerardo Chávez y al maestro Alberto Quintanilla, cuyo trabajo litográfico “Consejo de sabios” ilustró la portada de mi último libro publicado en Demolición de los reinos, lo cual le agradezco profundamente.

¿A quiénes lees actualmente?
Estoy leyendo Poesía peruana del 70 y 80, recopilaciones que suelo hacer siguiendo mi propio tino y gusto para luego terminar repasando todo de golpe. Alguna vez dije que disfrutaba leer a poetas de la última década, de mi generación; reafirmo lo dicho. Me interesa el rumbo de la poesía bajo todo contexto, sin fanatismos ni banderas.

¿A quiénes relees?
Leopoldo María Panero, Charles Baudelaire, Charles Bukowski, Antonio Gamoneda, Paul Celan, Jorge Eduardo Eielson, José María Eguren, Ezra Pound, Octavio Paz, Alejandra Pizarnik, Fernando Pessoa, César Vallejo, Javier Heraud, Mario Benedetti, José Watanabe, Juan Ramírez Ruiz, Derek Walcott, Blanca Varela, Jorge Luis Borges (su poesía), siempre van a constituir lecturas recurrentes.

¿Quiénes son los mejores poetas y escritores en la historia de Lambayeque?Que descansen en la plena paz de ese otro poema punzante, los señores: Eufemio Lora y Lora, Juan José Lora, Alfredo José Delgado Bravo y Juan Ramírez Ruiz. Otro poeta al que sería necesario hacer mención es a Ernesto Zumarán, poeta de la llamada “generación del 90”, quien para fortuna de los que admiramos su pulso poético, está con vida y mantiene vigente su propuesta literaria.

¿Cuál es el nivel actual de la poesía local?
Sin lugar a dudas hay propuestas frescas, renovadas e interesantes. José Abad, Rosakebia Estela, César Boyd, Luis Bocceli, Ronald Calle, Ernesto Facho interesan por su vitalidad y su relevante lucidez. Y si nos permitimos escudriñar en la narrativa encontraremos propuestas como la de Harold Castillo, Edgar Ferreñán, Arturo Bravo, Alex Miguel Castillo, entre algunos otros que quizás deje de mencionar por esa acción involuntaria a que nos obliga la memoria. Lo cierto es que, fuera de toda mezquindad sólo queda tiempo para seguir haciendo florecer la vida literaria, a contracorriente de toda diferencia o indiferencia.

¿Qué opinas sobre la actividad cultural en Lambayeque?
A pesar de que la Casa de la Cultura lambayecana está siendo dirigida por gente de inescrupuloso accionar, la actividad cultural aquí se mantiene a ritmo cadencioso, pero existe. Hay espacios culturales que se mantienen, otros que se vienen impulsando y que constituyen la pugna necesaria contra la indiferencia politiquera y el rezago.

¿Te identificas o coincides con las ideas de algún político o partido?
Me identifico más con mi sentido crítico. Las coincidencias se van a encontrar siempre y decidir militar en algún partido politiquero se convierte en la mejor afirmación de que se está asumiendo un derecho, una libertad de pensamiento, un cierto/incierto destino, un análisis o un error tan natural como la propia reivindicación. Desde hace mucho tengo decidido por quién votar en los comicios que se acercan.

¿Crees que el poeta debe permanecer en su acción creadora o participar también ante los problemas de su sociedad?
El Poeta siempre va a tener responsabilidad social porque es Hombre e interacciona con otros. Toda circunstancia política, social, económica global interesa, sobre todo lo que se olfatea a diario y se recibe como excusa de patria. Nuestra palabra, nuestra decisión interesa, nuestras convicciones por más célebres o absurdas que sean interesan porque es la mejor muestra de existencia. Es imposible zafarse del riel de la Historia, del dinamismo actual; no se nos está permitido eso porque nos acusaría el propio terror. El más leve movimiento tiene conducción y reflejo. La neutralidad es un puerto doloroso, un artificio fatal desde donde se empieza a gritar la propia hambre. Lo trascendente del sueño nocturno es el estallido mágico de un amanecer sin distancia.


Fuente: Locheros.com, Noticias y Personajes de Lambayeque.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Grupo Literario Signos: Presentación de relanzamiento en el Auditorio del Gloria Plaza Hotel

Estimados amigos:

Todos están invitados a nuestra presentación de relanzamiento. Como saben, en un primer momento sería en el Auditorio de la Alianza Francesa, sin embargo por motivos que escapan al control de los organizadores, se cambió de lugar. Posteriormente, el evento sería llevado a cabo en SUNARP, sin saber que este hermoso auditorio ha sido, a última hora, destinado para ampliar las oficinas de dicha empresa, dejando casi en el aire toda la ceremonia.

Gracias al poeta Julio Fernández Bartolomé, se consiguió el Auditorio del Gloria Plaza Hotel (en la esquina de Virgilio D’allorso y Grau, Chiclayo). Su generosidad con SIGNOS no tiene límites, pues al enterarse de todos los problemas sucedidos, me dijo a través de una llamada telefónica que él mismo iría a dicho hospedaje y separaría el auditorio. Ahí estaremos el sábado 18 de setiembre, a las 8:00 p.m., relanzando el grupo. Se leerá poesía, se mostrará los libros publicados de los integrantes hasta el momento, se mostrará el historial fotográfico del grupo, y habrá la confraternidad sincera que la literatura lambayecana se merece.

Los esperamos en este gran momento de nuestras vidas.

Grupo Literario SIGNOS.

domingo, 8 de agosto de 2010

DEMOLICIÓN DE LOS REINOS (Sol Negro Editores, 2010) en la página web de LIBROS PERUANOS. Cromwell Castillo, César Boyd, José Abad y Ronald Calle

Demolición de los reinos
Grupo Literario Signos
Lima: Sol Negro Editores, 2010.
S/.

El libro contiene cuatro poemarios titulados “Los últimos días de Caín” de José Abad Ascurra; “¿Dónde acaso es camino?” de Cromwell Castillo Cabrejos; “Abandono del hastío” de Ronald Calle Córdova y “Persistencia del alarido” de César Boyd Brenis. Imágenes apocalípticas, metafísicas, gnosticismo, presencia de la naturaleza unida a referencias de poesía maldita y trascendentalista: Baudelaire, Bukowski, Panero, Pessoa, Colinas, Gamoneda.

Fuente: Libros Peruanos.
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miércoles, 7 de julio de 2010

Signos en movimiento. Por Carlos Eduardo Quenaya

A la poesía post-2000 le corresponde –a la par que una equívoca denominación– una producción sin bordes definidos, un catálogo de libros y autores sin perfil o fisonomía propias. Existen, como es natural, gestos, actitudes, muecas, contorsiones. Pero todas ellas sobreviven a la sombra de las incuestionables (o incuestionadas) voces de la tradición. Así, a la lista de grupos, revistas, recitales, eventos y reseñas que invariablemente se hacen al hablar de la poesía de estos últimos años, poco a nada habría que añadir, salvo que se trata de un proceso mudable y disparejo (y quién sabe si, con el tiempo, esta indeterminación represente su rostro más reconocible).

José Carlos Irigoyen, en su largo y descuidado comentario sobre poesía peruana última –La hegemonía de lo conversacional (2008)–, intenta vislumbrar las líneas principales de la poesía venidera. La virtud del texto de Irigoyen –sin pasar por alto la reiteración de predecibles tópicos y nombres– consiste, sin duda, en ensayar fallidamente el viejo conservadurismo al que estamos acostumbrados. Y es importante subrayarlo. Ser conservador en poesía es una práctica obsoleta. Los circuitos comunicativos que se han afianzado en esta última década nos permiten cotejar, descubrir o proponer lecturas nuevas que tengan mayor o similar impacto que los discursos tradicionales (casi siempre empeñados en auto-legitimarse a toda costa).

¿Cómo empezaríamos a leer la más reciente poesía peruana si aceptáramos –por ejemplo– que los morosos inventarios de Gonzáles Vigil hace rato llegaron a dique seco? Creo que este es el clima en el que se vuelve particularmente significativo analizar algunas de las propuestas que ayudarían a dinamizar el espacio poético actual, el cual parece haberse convertido prioritariamente en un escenario virtual, en relación cada vez más difusa con sus referentes geográficos.

El Grupo Literario Signos es un buen ejemplo de ello. Responsable de dos libros grupales y de un blog dedicado a la literatura, el grupo chiclayano representa, no sin altibajos, una perspectiva refrescante para las posibilidades del diálogo entre los diversos circuitos poéticos activos en este momento. Conformado por José Abad Ascurra, Cromwell Castillo Cabrejos, Ronald Calle Córdova y César Boyd Brenis, Signos se halla en un momento de expansión. Además de los poetas mencionados, se han venido incorporando a sus filas poetas de diverso calibre y procedencia (Marco Fonz, Ricardo Musse, Erika Madrid, Mario Morquencho, Hazzel Yen, etc.). Lo que entendemos como un esfuerzo por romper los ghetos literarios y abrirlos a nuevas influencias y formulaciones.

Pero, ¿cuáles son las perspectivas del trabajo poético de los integrantes de Signos? Su primer libro, sobriamente intitulado con el nombre del grupo, puede permitirnos advertir las continuidades y cambios que van desde Signos (2007) hasta Demolición de los Reinos (2010). El primero, teñido sin duda de un aliento romántico (no pocas veces ingenuo), nos acerca a una retórica que, en sus mejores momentos, logra una particular brillantez expresiva; tropiezos y aciertos que con matices propios se prolongan hasta su segunda entrega. Vale la pena, pues, comenzar a ponderar sus propuestas.

1. José Abad Ascurra. Una recurrente fijación tanática alienta la escritura de Absolución de la Noche y Los últimos días de Caín, los dos conjuntos de poemas publicados por José Abad. No son pocos, sin embargo, los lugares comunes que hallamos en ellos. A Abad, al mismo tiempo que una convincente ansiedad por nuestra condición fugaz y perecedera, lo acompaña una sensibilidad religiosa que no siempre se aviene bien con su tema. En Absolución de la Noche, encontramos de manera enfática esta preocupación que lo hace caer en un ingenuo sentimentalismo culposo. Así, en versos como: Es tarde para empezar el mundo:/ Dios ha muerto. (Artificios); El deseo abotaga los sentidos/ y maldecimos la carne. (Proverbios); Tu luz es una epidemia y nada escapa/ a su lengua lasciva y sucia. (Formas).

Abad, no obstante, amplía significativamente sus recursos en su segundo poemario, Los últimos días de Caín. Aquí es donde alcanza sus mayores logros hasta la fecha. Un tono mesuradamente nocturno nos deja oír con más claridad su singular dicción:

Obsequias a la noche tu estrella.
Dejas regado en el camino
polen que brilla bajo tus pies.

Caminas con la delicadeza de la brisa.

Huyes a refugiarte entre los árboles
y eres
de pronto pájaro o mariposa
ciega.

Parafraseando uno de sus versos, creemos que a Abad le viene bien cantar sobre las tumbas, pero despojado de cierto patetismo romántico, y más a tono con una sensibilidad laica, y tal vez por ello mismo más piadosamente contemporánea.

2. Cromwell Castillo Cabrejos. Voces paralelas contra lo seco y ¿Dónde acaso es camino? son los dos poemarios que conocemos de Castillo. El primero de ellos está conformado por Agua (un sólo poema dividido en 10 estancias) y Transfiguración o el sonido, que incluye 6 poemas más. Sin desestimar su segundo trabajo, creemos que es en este primer conjunto poético donde Castillo demuestra con mayor solvencia su capacidad para el poema ceñido y sagazmente especulativo. Agua constituye una lúcida indagación de la identidad propia y de la vaporosa materialidad de la escritura poética. La honda perplejidad de ser y el esquivo reflejo del que se contempla en el poema-agua, son algunas de las directrices necesarias para entender este poema que da el tema y el tono a Voces paralelas contra lo seco:

Más allá, en mí,
correspondo al impulso súbito
de parecer Agua:
Ella tiende a sublimarse;
yo asisto a esa evasión.
Cuando ocurre,
mi canto en lo alto prolonga ceremonias
pero no es escuchado:
No hay nada más allá arriba,
sólo ella hablándome,
imperturbable acaso y apartada
de nuestra vida circular
entre todo lo inexacto.
Por eso,
allá en la cima,
no contiene ninguna respuesta:
Es la respuesta.
Y desde esta sencilla superficie
blanca,
solemne se la puede escuchar.

Con un lenguaje más irónico y sentencioso, ¿Dónde acaso es camino? nos convence menos. Las observaciones lacónicas de estos poemas bordean el cliché y se echa en falta la perspicacia poética de Castillo: El amor es eso, llanamente eso./ El amor es todo lo contrario. (Viceversa). A pesar de ello, pensamos que este texto puede resultar a la larga una salida hacia nuevos temas y modos que supongan aciertos mayores.

3. Ronald Calle Córdova. En Agonía compartida, Ronald Calle escribe con la afectación propia de quien todavía no se halla afiatado en el ejercicio poético. Sus tanteos padecen, en general, de cierta grandilocuencia que echa mano de algunos tópicos que resultan especialmente previsibles, sobre todo si tenemos en cuenta su principal influencia (Vallejo): El orbe está sudando su estío en mi frente/(…) levantemos la antorcha del hambre,/ miles de hombres nos contemplan. (Agonía compartida); El recorrido es largo y tu descanso/ teórico (Travesía bípeda); Giro a la derecha y choco con grietas y más grietas/ en la tierra, / perdóname vida,/ las he comparado con las grietas de tu alma. (Crónica de un viajero).

Su segundo poemario, Abandono del hastío, se inicia con un poema mucho más auspicioso:

Mis palabras son como niños
buscando la lluvia.
Luego todo queda en calma,
avanzo
junto a cualquier rostro distante
con los dientes mojados.

Escribir con los dientes mojados (o lo que es lo mismo, con la voz alerta y la inocencia rediviva) es, precisamente, la consigna que Calle no debería olvidar. Sólo así le será posible superar, de una vez por todas, lo que en otra parte declara: La vida ya se me torna/ un verso interminable. (XVIII).

4. César Boyd Brenis. Heterónimos frente al espejo, primer conjunto de poemas de Boyd, trasunta desde el título un saludable clima pessoano. Organizado a través de 3 alter-egos (los heterónimos del título), Boyd ensaya poemas donde predomina la zozobra por la pérdida de la amada. Sin ser parejo, este poemario obtiene sugestiva riqueza expresiva en Poesía Rivadaviana . Leamos un fragmento:

Lo artificial perdura nítidamente
en la claridad de alguna fiesta que Romeo busca
...........para otra alteración del ser.
Las golfas de piel intacta
se reparten por igual en salones uniformes.
La luz escarpada corresponde a una maldición de plenilunio
La luz en las alturas absorbe a cada noctámbulo
como una esperanza, como aguardar la esperanza
..................con el cigarrillo en los labios.

Pero Boyd no apuntala mejor su segunda entrega: Persistencia del alarido. El conjunto nos da la impresión de no ser otra cosa que un ejercicio de estilo. Las indagaciones en torno a la poesía –el tema que integra estos poemas– son, casi siempre, inocuas, y sorprende la presencia de versos e imágenes bastante triviales: El aleteo del ave es necio/ entre las ramas que sueltan latigazos,/ entre los vientos /que matan el honor.( Utopía del vuelo); ¡Oh portador del sonido silencioso! (Oda a lo perecedero).

Creemos, para terminar, que a los poetas de Signos –como a los poetas post-2000 en general– sólo les queda trabajar por decantar sus propuestas a través de un camino inédito y auténticamente personal. En tiempos en los que la poesía es el género marginal por excelencia, resulta oportuno lanzarse a la aventura de escribir y leer con la sensibilidad ávida y el pensamiento alerta. Estamos convencidos de que ese es, finalmente, el raro privilegio que le corresponde a la poesía.

Arequipa, 13 de junio del 2010.

lunes, 21 de junio de 2010

Grupo Literario Signos. DEMOLICIÓN DE LOS REINOS (Sol Negro Editores, 2010). Por Paul Guillén

Desde la Región Lambayeque este grupo literario se mantiene muy activo a través de su blog: http://grupoliterariosignos.blogspot.com. El libro contiene cuatro poemarios titulados “Los últimos días de Caín” de José Abad Ascurra; “¿Dónde acaso es camino?” de Cromwell Castillo Cabrejos; “Abandono del hastío” de Ronald Calle Córdova y “Persistencia del alarido” de César Boyd Brenis. Imágenes apocalípticas, metafísicas, gnosticismo, presencia de la naturaleza unida a referencias de poesía maldita y trascendentalista: Baudelaire, Bukowski, Panero, Pessoa, Colinas, Gamoneda.

Esta es la segunda compilación de Signos. Valdría la pena reflexionar sobre la continuidad o las variaciones entre las dos muestras poéticas. En la primera muestra Signos 2006-2007 (Tiro de gracia editores, 2007) se recogieron los trabajos “Absolución de la noche” de José Abad Ascurra; “Agua / transfiguración o el sonido” de Cromwell Castillo Cabrejos; “Agonía compartida” de Ronald Calle Córdova y “Heterónimos frente al espejo” de César Boyd Brenis, todos los poemarios iban por una onda metafísica, existencial, apocalíptica y ajena a una poética coloquial, es decir, había un discurso más o menos homogéneo y parejo entre todos los poemarios. En esta primera muestra la sección que más destacaba era la de Castillo Cabrejos. En la segunda muestra (Sol negro, 2010) el discurso se mantiene y se reelabora con diferentes lecturas. Hay un cambio sustancial: el poemario que entrega Castillo Cabrejos “¿Dónde acaso es camino?” se instala dentro de lo coloquial e incluso varios poemas tienen carácter sentencioso. Los demás poemarios se mantienen acorde con la primera muestra poética y la sección que más destaca es “Los últimos días de Caín” de Abad Ascurra, el poeta ha extremado su repertorio y su angustia construye imágenes desbordantes y lacerantes.

Tal vez habría que analizar sección por sección: Abad como decíamos es el poeta que más ha extremado los logros de Signos en su segunda muestra poética. Su discurso dialoga con imágenes proféticas y bíblicas e incluso con la poesía de corte maldito desde una experiencia existencial. Aquí es decisiva, por ejemplo, la presencia de Leopoldo María Panero. Abad se inscribiría dentro de una tradición poética peruana esgrimida por Juan Ojeda y que abarca hasta Ernesto Zumarán y Chrystian Zegarra, por mencionar algunos nombres.

Como habíamos adelantado el libro de Castillo Cabrejos es el más diferente de la poética del grupo Signos, aunque el grupo ha tenido una reciente incorporación de nuevas voces con Ericka Madrid (Argentina), Hazzel Yen (México), Zoila Aguinaga (Perú) y Anita Ramos (Perú). ¿Dónde acaso es camino? se abre con una cita de Bukowski: “No era mi día. Ni mi semana, ni mes, ni mi año. / Ni mi vida. ¡Maldita sea!”. Se tratan de poemas irónicos sobre el amor, son zahirientes, ácidos, pero no resignados. Este coloquialismo es más sentencioso que cotidiano. Nos hace recordar algunos epigramas latinos e incluso poemas españoles en tono de adivinanza, acertijo o paradoja.

El tercer poemario “Abandono del hastío” de Calle Córdova es un solo poema en 23 estancias. Hay un cierto nietzscheanismo en sus versos: la condición igualitaria del creador y la criatura, y en otros pasajes la idea del hombre como creador de Dios. Se juega con las ideas de la cotidianidad, la locura y el silencio como salidas posibles. Es quizás el poeta más vallejiano de los cuatro, en realidad, los otros tres poetas tienen referentes distintos.

El último libro es “Persistencia del alarido” de Boyd Brenis, claramente es el más metapoético de los cuatro poemarios. Los primeros poemas se preguntan por las (im) posibilidades de transmisión del poema en tanto comunicación y en tanto percepción. Más adelante uno puede encontrar imágenes de naturaleza: bosques, aves que son metáforas de la escritura. También un poema sobre el ajedrez que continúa el juego cíclico de Omar Khayyam o Borges, reelaboración de mitos (Narciso) o un poema sobre la relación entre los sueños y el inconsciente.

Demolición de los reinos, es un libro que propone una estética grupal y eso es un gran mérito. Se trata de pensar en cierta dirección con los aportes individuales de cada integrante. Demolición de los reinos se constituye sin duda en uno de los mejores aportes de la poesía norteña y peruana, y continúa el legado de César Vallejo, Alcides Spelucín, Luis Valle Goicochea, Mario Florián, Marco Antonio Corcuera, Juan Ojeda, Juan Ramírez Ruiz, Róger Santiváñez o Javier Gálvez.
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