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jueves, 19 de agosto de 2010

EN BUSCA DE UN LUGAR (Ornitorrinco Editores, 2010) de Julio Orbegozo Ríos. Por Juan López Morales

Como ya es costumbre en los últimos años, la literatura infantil–juvenil va tomando una representación más estable dentro del mercado libresco nacional. Esto es aplaudible en un nivel de fomento a la lectura desde la base pre escolar, solo así tendremos más lectores en profundidad que superficiales. Hago esta pequeña acotación porque quiero llegar a la finalidad que encontré en En busca de un lugar (Ornitorrinco Editores, 2010), volumen de cuentos infantiles de Julio Orbegozo Ríos. Este narrador otuzcano, con larga residencia en Chimbote, a manera de los antiguos neoclásicos, ha escrito cuentos moralizadores, ahondando mucho en los problemas que atrae la sociedad de estos últimos años.

Con su pluma ágil, estructura cuentos sencillos, de lenguaje popular y legible para el lector.

Lo más destacable dentro de los cuentos son esos finales inesperados donde, en dos o tres líneas, termina por declarar la intención de la historia. Cada cuento va acompañado de un dibujo representativo con el que se pretende conseguir que el lector vaya anteponiéndose a la historia narrada, para que así el transcurso sea más ameno y reflexivo. No es un libro difícil, al contrario, es entretenido, en algunos pasajes hasta gracioso. Los personajes varían con el transcurrir de los textos breves: algunos son duros, otros ingenuos, divertidos, pintorescos, de fácil acogida y de representación popular. No puedo negar lo bien que lo pasé la noche en que leí el libro de un solo tirón. Es imposible pegar los ojos cuando tienes a la mano un libro tan fresco.

LA SANTA CEDE o los deliciosos momentos de la nueva narración. Por Juan López Morales. Río Santa Editores, Chimbote - Perú

Las represiones sociales, las migraciones, el crecimiento poblacional, la generación de nuevas barriadas que circundaban los cerros, la vida mugrienta y el establecimiento de burdeles apestosos a perfumes y a alcohol rancio a orillas del mar, hacen que el Chimbote de la pujanza y del añoro sea un conglomerado temático, un lugar inspirado en la más estoica vulgaridad que ya estaba caracterizando a este lugar allá por los años setenta o los deliciosos años del boom de la pesca y el acero.

La marginalidad y la pobreza no solo en esta ciudad suelen ser temas en los cuales la narrativa actual va ahondando al punto de lograr textos de índole sociológico. Aquí la narrativa va jugando uno de los papeles más consecuentes dentro de la literatura, ya que esta recrea como guía al lector hacia un mundo no muy ajeno a su realidad. Es, pues, que un grupo de escritores, entre reconocidos y nuevos valores, han sido reunidos con el designio de ser ellos quienes vayan guiando a la nueva masa de muchedumbre hacia un camino que hasta el momento iba siendo esquivo producto de la moralidad clerical y de la claustrofóbica idea de que lo mundano es cien por ciento malo, cayendo de esta forma en el error e ignorancia de que ello demanda. El principal propósito de la antología La santa cede: Del Copacabana a Tres cabezas (Río Santa, 2008) es mostrar que la sensualidad dentro de la sociedad vaya tejiendo nuevas redes para entender al mundo que habitamos y en el cual nos desarrollamos como entes de formación en una nueva humanidad.

Con esta intención sale a la luz, con más de diez cuentos de temática erótica y un fragmento de El zorro de arriba y el zorro de abajo de José María Arguedas como introducción, La santa cede, que llegó para ser el eslabón que necesitaba la literatura nacional para poder mostrar rasgos marginales de una sociedad impura como la nuestra.

Esta muestra, cuya edición realizada por los escritores Jaime Guzmán y Augusto Rubio, nos muestra desde un punto de vista sociológico la realidad mundana de un puerto a medio andar. Un puerto invadido por los mundanales que despedían fuertes olores de perfumes baratos y un arrechismo por sus mujeres deformes y algunas esculturales.

Si bien los cuentos y relatos de La santa cede esquivan la moral literaria, estos no llegan a caer en la vulgaridad. Aquí lo grotesco, mundano, irónico, ingenuo y pícaro termina por anclar (como diría Oswaldo Reynoso) en serios enredos sexuales. La experimentación narratológica de estos enredos hacen que los antologados jueguen con estructuras propias; siendo originales y terminando por liberar sus demonios burdelescos, que muy dentro de ellos les estorbada su alma de hedonistas impacientes.

El libro no solo muestra sexo, sino que también trata de revelar el lado oculto de personajes urbanos, intelectuales y sensualistas sin reparo. A esto también le uniremos la literatura homosexual. Algunos relatos dentro del libro nos muestran la curiosidad de indagar en el mundo en el cual viven inmersos estos personajes que aquí no son marginados ni presos de la homofobia, sino que se trata de inquirir dentro de su psicología como personaje especial. Así también, tenemos algunos relatos que juegan con la mitología filosófica, dejando un letargo del deseo de los dioses por el sexo.

La mezcla de la bipolaridad de mundos no dispersos, hace que La santa cede sea un libro exclusivo, apto para todo tipo de lector que no tema que algún relato le haga sentirse como un marginal o un parroquiano pícaro o ingenuo dentro de uno de esos burdeles infectados de incienso y perfume barato.

EL PARAÍSO RECUPERADO. HISTORIA LIBRESCA DE UN LADRÓN (Ornitorrinco Editores). El paraíso de un ladronzuelo de la cultura. Por Juan López Morales

El paraíso recuperado. Historia libresca de un ladrón (Ornitorrinco, 2009), novela breve de Roger Antón, es el relato testimonial de un ladrón de libros. Uno de aquellos hombres avezados que sin temer a nada se lanza a la aventura de vaciar estantes completos con tal de saciar su pasión por los libros.

Desde la primera percepción analítica, en el libro de Roger Antón se puede percibir la ligereza de la trama, el trabajo técnico en el momento de la estructuración y la distribución exacta de los caracteres (entiéndase por esto a personajes: episódicos, directos e indirectos) y del ambiente marginal de un Chimbote incapaz de manejar la cultura y de la urbanidad de una Lima insegura y aquejada por la aculturación social.

Aquí el novelista utiliza las palabras como signos de comunicación para producir cambios sociales; lo que determina que éste no sea un libro que esté manejado por la pasividad de la trama, sino que es una crítica circunstancial de la sociedad.

Partiendo de la descripción literal de la novela, vemos que la personalidad intranquila de Lázaro Cortés; joven chimbotano de poca suerte, estudiante de filosofía y un ajetreado consumidor y ladrón de libros; demanda que éste sea el actuante principal.

María, primera mujer que le recibe en Lima se convierte en la adyuvante del texto. El destinador es ocupado por la intención de asaltar librerías, bibliotecas o cualquier centro donde sea perceptible sustraer libros. El destinatario termina por ser su estantería donde reposan tranquilamente los textos sustraídos. El opositor son todos aquellos que imposibilitan la realización de los actos delictivos (libreros, bibliotecarios, etc.) pero que terminan siendo blanco fácil para Lázaro Cortés. Y por ultimo está el objetivo que es la necesidad de obtener nuevos volúmenes de textos para poder tener así una colección más vasta que sea del orgullo personal del actuante.

En algunas circunstancias la psicología del personaje resulta ser conflictiva, lo que permite que el lector sea participe del conflicto, convirtiéndolo así en un lector activo y no en un lector que ya se tiene acostumbrado en la literatura peruana. Es así que la trama elegida por Antón hace que ésta no sea una novela fría ni gris, sino un producto de cierta fascinación donde el lector podrá vivir una nueva aventura en su vida; sobre todo vivir la enseñanza social que es dejada dentro de un ideal para que el lector peruano se dé cuenta de los males que tiene nuestra cultura y de alguna forma u otra poder terminar con ella.

En un plano general percibimos que la narrativa de Antón es desafiante, sincera quizás.

Lo primero porque trata de manejar un tema que puede dejar en boga la eficacia de bibliotecarios necios y descuidados; otra, que la política peruana es cien por ciento descuidada en lo que respecta a cultura y al manejo del patrimonio nacional. Es sincera porque nos muestra los errores, la falta de eficacia y sobre todo el descuido de nuestra sociedad. Podríamos decir que en Antón tenemos a un narrador suelto que sabe manejar la intención verosímil de la trama, la estructuración y locuacidad fina dentro del relato.


Ahora habrá que esperar que en su próxima obra nos demuestre la misma exactitud que tuvo con ésta y de alguna forma manifestar que no es un narrador del momento, sino uno que busca marcar la diferencia dentro de la literatura nacional.
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