sábado, 12 de marzo de 2011

LA CARPETA VACÍA: Homenaje a Digna Santiago. Adiós a una joven Poeta. Por Javier Garvich

Se llamaba Digna. Digna Palmira Santiago Ojeda.

Tenía 16 años y este año terminaría el colegio. Era cuzqueña y empezó a trabajar desde los ocho años como niñera. Escribía poesía todos los días, versos con una ortografía espantosa pero llenos de intensidad y personalidad. ¡Quería ser educadora! Murió a principios de año, víctima de una enfermedad respiratoria perfectamente curable en otras sociedades, pero condenatoria en un país como éste, donde curarse cuesta mucho dinero y ni ella ni su familia lo tenían.

Fue la estudiante más entusiasta que tuve en el Taller de Creación Literaria que montamos en un colegio de Pamplona alta. Una auténtica poeta de raza que con su canto vencía todos los días a la pobreza y a la soledad. Hoy, su carpeta está vacía. Los colegios sin bibliotecas están más vacíos aún, los distritos sin centros culturales más vacíos todavía. Las calles y los parques sin poetas, vacíos todos. El Perú, con una poeta menos, resulta más eriazo, más páramo, más arenal.

Aquí les dejo algunos versos de Digna. Sirvan como homenaje y ejemplo de una hermana que quiso ser poeta en un país hermoso, injusto y cruel:
.
I
Nunca pensé que ser alguien
sería ser nada.
Que todos se alejaran
que todos te odiaran
sólo por ser alguien.

II
Es difícil para mí
escoger entre lo falso
y lo cierto.

III
Dónde, dónde, dónde
dónde está la pena
ese dolor guardado
algo irónico en la vida
Dónde se apoyan los débiles
débiles como yo, como tú, como él.

IV
Cuanto más lejos esté
de este lugar
mejor será
-eso digo-
Pero mi corazón
llora porque sabe
que no se puede olvidar
el lugar donde se ha amado.

V
Una amiga, la soledad
una caricia, el dolor
todas las desventuras
que caen sólo
para una flor.

VI
Si quieres que te olvide
pinta un pino en la
pared y cuando crezca
te olvidaré.

VII
Hoy la muerte es para mí
como un vaso de agua
fría, refrescante. Hoy
la muerte es para mí como
un sueño del que algún
día, no muy lejano,
despertaré.

Y despertaste. Descansa en paz, Digna.

Cascahuesos Editores: Nuestro primer lanzamiento internacional del año: LO QUE LOS CIEGOS VEN de Carlos Vásconez

Nos complacemos en anunciarles que ya se encuentra en prensa nuestra octava publicación internacional (a la vez, la primera de narrativa), se trata del libro de cuentos Lo que los ciegos ven de Carlos Vásconez, uno de los escritores jóvenes más interesantes que ha aparecido en los últimos años en el vecino país de Ecuador. El libro contiene 19 cuentos, la mayoría de ellos no muy extensos, lo que hacen de Vásconez un escritor talentoso que se perfila como uno de los grandes cultivadores del relato corto.

Sobre el autor:

Carlos Vásconez nació en Cuenca, Ecuador, en 1977. Ha publicado, los libros de relatos Trabajos de dominio público (2004) y Versiones heroicas (2006); las novelas El violín de Ingres (2005) y La raza extinta (2007); además de dos libros conjuntos entre escritores noveles cuencanos: Aunque bailemos con la más fea (2002) y Nadie nos quita lo bailado (2004). Es Miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Miembro del Colectivo de Creación Literaria Salud a la esponja (y continuo animador de su revista homónima), y Miembro Honorario del Círculo de Escritores de Venezuela desde el año 2008. También es editor de Línea negra, línea editorial de la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay. Sus cuentos aparecen en revistas y periódicos de diversos países y han sido traducidos al inglés y al francés, siendo antologado en Estados Unidos y Canadá. Es además autor de numerosos ensayos de literatura y cultura popular en su país. Entre otras actividades, ha dirigido el rotativo literario La columna del invertebrado, permanentemente promueve y participa en varias actividades relacionadas con exposiciones de arte contemporáneo, recitales y lecturas públicas.
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