Laura Rosales (Lima, 1989), es una joven poeta y narradora que en el 2009 obtuvo el IX Premio del Concurso Nacional de Cuento Juvenil “César Vallejo”, organizado por el INC y la Municipalidad de Trujillo. Ha sido antologada en Suicidas Sub21 (Mondo Kronhela Literatura, Argentina) y actualmente forma parte del comité editorial de la revista Ónice. Acaba de publicar Von (Lustra Editores, 2011). “Von” significa ‘esperanza’ en islandés, nos dice la poeta en una breve conversa vía face. “Va desde el auto reconocimiento, o parte de una realidad, y pasa por un estado medio, hasta llegar a espacios donde ampararme. Donde me amparo es más que todo en el arte.” Y es que en esta ópera prima suma una serie de poemas que dialogan con otras artes (la pintura, la fotografía) y artistas (Pizarnik, Chopin, Hokusai). En Estancias del ensueño hay una búsqueda de armonía del arte (la música) con la naturaleza (la presencia del mar, por ejemplo). La creación y su contrario pugnan en una visión melancólica del mundo: “La proa de una mano/ dibuja un castillo en el tiempo”. En la segunda parte, Jardín interior, habla una voz que rememora aquella libertad plena, que conectaba una infancia con su entorno nuevo, aquel descubrimiento del mundo era como ir nombrándolo y, a la vez, creándolo: “como quien toca una piedra/ con el pico ocre de la infancia”. En la última sección, Patio de espejos, es la exploración (y mirada) del cuerpo como del propio entorno escindido por aquella música ya quebrada que se perdió, que la poesía trata de rescatar, restaurar, “como materia inútil/ o ataúd de células/ exasperadas por el silencio”. Buen debut de Laura Rosales en este arte del laurel y de la rosa. Aquí dos poemas:
Hokusai
La proa de una mano
dibuja un castillo en el tiempo
la tarde la sepulta como a un sol
mano del animal rodando
sobre el moho del mundo
montaña criptada por la niebla
espadachines saludan desde lejos
flauta de azúcar
en el ojo del sauce
azul la voz del león blanco
sueños del pájaro cometa
música de bambúes
salida por el tintero
tintero triste
ahogado
en hermosura
A Carmen Luz Bejarano
Mano viajera en humareda del sueño. Sauces en un abismo son escaleras a un templo lunar. Un ahorcado junto a un arroyo de acuarelas abre los ojos por la melancolía del bosque.
Mano sedienta, descascara el mundo. Emprende tu vuelo desde mi entraña a la luz.
Mano que escribe y pinta
la música.
Hokusai
La proa de una mano
dibuja un castillo en el tiempo
la tarde la sepulta como a un sol
mano del animal rodando
sobre el moho del mundo
montaña criptada por la niebla
espadachines saludan desde lejos
flauta de azúcar
en el ojo del sauce
azul la voz del león blanco
sueños del pájaro cometa
música de bambúes
salida por el tintero
tintero triste
ahogado
en hermosura
A Carmen Luz Bejarano
Mano viajera en humareda del sueño. Sauces en un abismo son escaleras a un templo lunar. Un ahorcado junto a un arroyo de acuarelas abre los ojos por la melancolía del bosque.
Mano sedienta, descascara el mundo. Emprende tu vuelo desde mi entraña a la luz.
Mano que escribe y pinta
la música.
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