viernes, 18 de junio de 2010

TRANSFIGURACIÓN O EL SONIDO. Poemas de Cromwell Castillo. Libro Signos (Tiro de Gracia Editores, 2007)

De TRANSFIGURACIÓN O EL SONIDO (2007)

Transfiguración
Para ser otro
me fijo la máscara de un hombre.
¿Qué podría decir ahora con esta máscara?
La distancia de mí hacia mí me hace ciego,
y en ti
nuestros ojos son distintos y multiplicados.
Sólo la sombra me estudia al anteponer un artificio al sol,
y lo distinto de los ojos
no está en sus raíces ni en sus formas…
No sólo lo cóncavo y lo sencillo determina lo perpetuo,
pero esta vez debo apoyarme en las palabras
-máscara concebida-
para descubrir qué otras voces recreadas discurren en mí.
Los ojos definitivos tienen una determinación de iluminados
y se ocultan en mí mismo. Todo silencian
menos su ausencia y las visiones.
Por eso, cuídate Sueño Prolongado,
pues si estoy aquí,
¿dónde más estaré ahora?
Tú eres la transferencia de todo esto.

Acecho
Tiempo,
el sonido rompe tu imagen
y mis manos se semejan a un espejo en la sombra.
Todo es posible,
nada se advierte siquiera a tu rumor indescifrable.
El espacio surge entre tus fauces
y mi grito se dispersa entre punto y punto
en una larga exploración de las cosas.
Tiempo,
lenta disposición de un vacío que me acecha,
caída de mis ojos
a lo desconocido del vacío y la búsqueda.
¿Cuál es tu estigma?,
¿Dónde seré yo tu camino, caminante inquebrantable?
¿Acaso eres el Poema,
eres flor o eres muerte,
desvío que restaura cada exploración de los relojes?
Suma de escenas, dime
si eres sentencia
o la clara sensación de un cuerpo
encerrado en un artificio colindante
a las palabras prometidas.

Anuncio
He ahí una mariposa nocturna.
¿Cómo se llama eso desde Tierra?...
Yo aún no lo sé,
pero si tratas de ignorarla,
sólo mírate
y escapa,
Ojo Absurdo.

Sucesión
En mí
hay otros que caminan hasta el final del día,
y toda escena diferente que originan
se parece a mí en lo insondable.
Frágil resonancia.
Después de toda puerta hay una puerta contenida,
y esta sucesión nos atormenta, nos obsesiona, nos hermetiza.
Tenaz lucha que no cabe en un espejo
(todo cabe pero nada se transporta).
Espaciosa orilla donde no me veo, ésta, la desconocida.
Pero todo nos incluye y soy otros igual que yo-mismo.
¿Qué otro en mí se podría mirar tanto como yo no?
Reflejo recurrente,
signo estancado,
imagen sublimada dentro de todas las preguntas,
me hallo, me invento, me ubico.
Entonces
¿Qué soy, o quiénes?

Resonancia
De tus manos a tus ojos
hay un ángulo que se cierra
presto a infiernizarte.
Dices que hay millones de puntos-luz
que te circundan,
pero sabes que eso es un conocimiento ingenuo.
Al mirarte,
yo no poseo diferente dimensión que la tuya,
porque en ese continuo juego de las escondidas
tampoco daré conmigo.
Nos negamos; es ineludible
aún cuando el cuadro se enmarque
con la mínima sensación de buscarnos, sin reconocernos.
Cabe la posibilidad de quitarnos las manos de encima,
cabe la posibilidad siquiera de envidriar nuestros ojos
por unos instantes, sin comprendernos.
Entonces somos el escape,
somos una fuga sin salida de emergencia.
El infierno no son los otros,
somos nosotros mismos
en busca de la última propagación del mal
que son nuestros sentidos.

El Poema
Por cada sueño que te habita
le nacen alas conocidas a mi vuelo.
Oh región desconocida y habitada de mi cuerpo,
todo sueño que prolongas es definitivo
y todo vuelo que me hace conjugarte
me lleva a tierras más lejanas que la tuya.
Tiene de condena tu origen terrenal o pedregoso.
Y yo que también soy ave,
tengo una jaula dentro de mí
-esperando por mí mismo-, aquí
en las entrañas.

La imagen que inicia este post es una pintura de mi autoría. "Universo de Cross" está dedicado íntegramente al universo de Ella.

2 comentarios:

Rocío Santillana dijo...

El Poema me invita a sentarnos sobre la arena y contar grano a grano el tiempo. R

Cromwell Castillo (1981) dijo...

Infinita como la arena y el tiempo. En mi memoria, Rocío, cada espacio en nuestro tiempo…

Hasta siempre, en la plaza de siempre.

Cromwell.

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